Editorial Boletín UdeC Global n°10 por Dr. Carlos Saavedra Rubilar, Rector de la Universidad de Concepción.

Durante el año 2020, a escala global, debimos adecuar drásticamente nuestra forma de funcionamiento en las instituciones de Educación Superior, para así adaptarnos a las restricciones que nos impuso la pandemia COVID-19, especialmente en relación con el cuidado de las personas. Estas adecuaciones aceleraron en forma notable las capacidades de ofertar la enseñanza a distancia, para lo cual fue necesario incorporar nuevas y más amplias capacidades tecnológicas que pudieran permitir la realización de miles de clases en forma simultánea, así como poner en funcionamiento programas de capacitación y acompañamiento para profesores y estudiantes. Por un par de décadas, la transformación digital que se discutió e impulsó de modo constante logró concretarse en todo el mundo solo debido a la pandemia.

Hoy, son decenas de miles de docentes los que se encuentran capacitados en el uso de estas plataformas y centenares de miles de estudiantes quienes han conocido de las oportunidades que presenta esta nueva modalidad. Por supuesto, es aún difícil determinar el conjunto de cambios permanentes que durante este tiempo se han ido consolidando, debido a que su utilización continúa siendo forzada. Al mismo tiempo, no resulta imaginable que volvamos a efectuar la misma modalidad de clases que la ocupada hasta el año 2019, debemos asimilar y emplear en forma permanente las buenas prácticas que se nos brindan en este nuevo escenario.

Uno de los aspectos que más se ha visto afectado en nuestras universidades son las actividades de intercambio internacional de nuestros procesos educativos y de creación de conocimiento, es decir, la vinculación con el medio no restringido a nuestro entorno cercano. Ello ha ocurrido, principalmente, debido a la restricción de movilidad y cierre de fronteras, que llevó al retorno anticipado de estudiantes en intercambio y a suspender muchas de las actividades estudiantiles y académicas programadas. Sin embargo, se abren nuevas posibilidades para el intercambio estudiantil bidireccional, pues, mediante el uso de las plataformas, es factible ofrecer asignaturas abiertas a estudiantes de todo el mundo que muestren nuestra Universidad, ciudad, región y país a todos los interesados en realizar pasantías de intercambio. La forma planteada, por lo demás, ya se encuentra en marcha blanca en nuestra Casa de Estudios.

El intercambio académico también se puede ver fortalecido mediante el uso de plataformas tecnológicas avanzadas como las empleadas en este periodo en que hemos continuado con esta cooperación a distancia, abordando proyectos desafiantes en diversas áreas, especialmente en las ciencias de la vida y la salud. A finales del año 2020, dimos un paso importante con la colaboración de la Agencia de Cooperación Internacional para impartir cursos que beneficiaron a profesionales de la salud en diversas áreas de Latinoamérica y el Caribe, con la participación de las facultades de Ciencias Biológicas, Enfermería y Medicina, proyecto que deberá ampliar su oferta durante el año 2021.

Naturalmente, esperamos en un breve plazo recuperar la movilidad estudiantil que beneficie el intercambio cultural, incremente las oportunidades profesionales y el fortalecimiento de una segunda lengua. El aprendizaje dejado por la pandemia, por cierto, nos debe permitir ampliar las oportunidades de internacionalización de nuestros estudiantes sin la obligatoriedad del desplazamiento prolongado y empleando estas nuevas formas para democratizar el acceso a la internacionalización de nuestros estudiantes y para fortalecer el intercambio académico.