Publicado el 01 de septiembre de 2020

“Los beneficios de viajar son evidentes ya que te familiarizas con la diversidad cultural de la humanidad”

La española, María Esperanza Bajo Sanjuán, proveniente de Melgar de Abajo, provincia de Valladolid, trabaja desde el año 2004 como secretaria administrativa en el Centro de Formación de Recursos Didácticos -CFRD- de la Universidad de Concepción, lugar en donde ha logrado aportar desde su conocimiento y dar “un toque de internacionalidad” como ella señala. Además, ha sido uno de los pilares en la conformación del Departamento de la Mujer del Sindicato N°3 de la UdeC en su rol de presidenta, organización que ha permitido posicionar el enfoque de género entre los funcionarias y funcionarios de la UdeC.

Su vida en España

Barcelona fue el lugar que la vio crecer, y donde se casó, formó su familia y tuvo tres hijos. En este lugar realizó además sus estudios en el área administrativa y se desempeñó profesionalmente, destacando el trabajo como secretaria administrativa en la consultora GRUPO IRC y, en particular, en la coordinación administrativa del control de aseguramiento de calidad de docencia universitaria que la empresa realizaba en varias universidades españolas como la U. Politécnica de Cataluña.

Llegada a Chile y a la UdeC

El año 2002 su marido recibió la oferta de trabajar en la Universidad de Concepción y después de muchas deliberaciones y dudas de parte de la familia decidieron aceptar la propuesta, arribando a la ciudad de Concepción a fines del 2003. Un año después se incorpora al equipo del CFRD, un proyecto pionero en mejora de la docencia a través de nuevas herramientas tecnológicas. Durante estos años, María Esperanza se ha perfeccionado mediante capacitaciones disponibles en la propia Universidad, entre ellos destaca la obtención del Diploma de Relaciones Internacionales.

Con relación al funcionamiento del CFRD, señala que “existe un ambiente fantástico y un equipo joven con muchas ganas de ayudar a mejorar la educación universitaria. Es un privilegio trabajar allí. Desde su fundación hasta hoy en día, han transcurrido 16 años. Todo un mundo para las TICs”, destacó.

Su aporte al enfoque de género

Por otro lado, hace más de seis años que María Esperanza Bajo se incorporó al Sindicato N°3 de la UdeC y, junto a un grupo de socias, surgió la idea de crear el Departamento de la Mujer en la agrupación, del que ha sido presidenta hasta el día de hoy. “Fue un gran desafío, no teníamos mucha idea de cómo hacerlo, pero sí muchas ganas”, señala. Junto a las socias, organizan actividades para las mujeres funcionarias tales como cursos, seminarios, charlas, exposiciones fotográficas, talleres de yoga, cueca, flamenco, zumba, clases de acondicionamiento físico, caminatas familiares, apoyo en campañas contra el cáncer de mama y de próstata, etc. En esta experiencia, destaca la exposición “Mujeres Relevantes”, organizada para conmemorar el Día Internacional de la Mujer; también se siente orgullosa de la actividad “100 años, 100 mujeres” en el centenario de la UdeC. “Trabajamos para visibilizar y sensibilizar a nuestros pares, seguir avanzando en materia de igualdad y equidad. A nosotras nos sigue costando el doble casi todo y eso no es pertinente”, destacó.

Como presidenta del Departamento de la Mujer del Sindicato N° 3, la experiencia ha sido profundamente enriquecedora, “destaco la gran lealtad y compromiso de las compañeras y colegas en destacar nuestro género, en una cultura chilena, transversalmente machista y autoritaria. Esto ha mejorado, pero falta mucho por hacer y para igualar a las mujeres con los hombres”, afirmó.

 

Beneficio de la movilidad

En relación a la experiencia cultural que significa vivir en otro país, María Esperanza Bajo señala ser una afortunada, pues ha podido conocer distintos países, “los aportes de viajar son evidentes ya que te familiarizas con la diversidad cultural de la humanidad. Así de sencillo y así de complejo. Dejas de mirarte a ti misma y ves al otro como tu igual. Esto es fácil decirlo, pero muy difícil de aplicar”, señaló.

Su estadía en nuestro país ya equivale a un tercio de su vida, incluso dos de sus hijos se educaron en Concepción. De Chile le sobrecoge la belleza natural y la calidez humana, “el chileno es dado a la familia y a sus amigos en torno a una mesa bien regada y servida. Eso me gusta y me recuerda mis orígenes”, sin embargo, la desigualdad social es un tema que le llama mucho la atención. A su vez, para María Esperanza Bajo la Universidad de Concepción es un faro cultural y social, y la naturaleza de su campus la inspira, “aquí se ejerce cotidianamente el conocimiento, es un orgullo para Chile y la región”, destacó.

 

María Esperanza Bajo.

 

Integrantes del Departamento de la Mujer, Sindicato N°3.