Publicado el 01 de julio de 2020

Virgile Montambaux, estudiante de intercambio en la UdeC: «Los profesores son muy buenos y se preocupan mucho si los alumnos entienden todo»

 

“Recomendaría a mis amigos estudiar en la UdeC porque los profesores son muy buenos y se preocupan mucho si los alumnos entienden todo”, contó el estudiante de intercambio, Virgile Montambaux, quien se encuentra estudiando la carrera de Ciencia Física e Ingeniería de Materiales en la UdeC desde su tierra natal, Francia, en modalidad online.

El joven, quien viajó hasta Chile para estudiar en la UdeC, con una maleta llena de anhelos, entre ellos, conocer la cultura y el idioma, se vio limitado debido a las consecuencias de la pandemia C-19. » Las expectativas eran altas, tenía ganas de conocer Chile para mejorar mi español, conocer gente, hablar con nuevos amigos y viajar, pero con la situación actual que vivimos fue imposible», reconoció.

Inicio de la aventura en Chile y la UdeC

¿Cómo partió esta aventura? ¿Por qué elegir realizar el intercambio tanto lejos de su hogar? Pues bien, Virgile relató que debido a un viaje que realizó a Perú, quedó encantado con Sudamérica, “luego de una misión humanitaria en Perú, en 2017, me enamoré de América del Sur. Después, busqué una universidad que les hubiese gustado a mis amigos en los años anteriores y Concepción fue la ciudad elegida”, dijo.

Fue así como se interesó en postular desde el lugar donde estudia, el Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas (INSA) de  Toulouse, Francia; a diferentes universidades. “La Dirección de Relaciones Internacionales me contactó para irme un semestre de intercambio a la UdeC, ya que ambas instituciones están asociadas”, contó.

El joven relató que luego de enviar la documentación solicitada y de conocer la respuesta por parte de la UdeC, debió esperar 2 semanas antes de tomar el vuelo, por inconvenientes con la visa “¡mucho estrés antes de llegar!”, recordó.

Al recibir la noticia de la entrega de su visa, tomó un tren a París y llegó a la embajada, donde se encontró con un joven que también viajaba a Concepción para realizar un semestre de intercambio, “tomamos un café juntos y quedamos en vernos en Chile, pero después el virus llegó al país y todo cerró, no pude ver a nadie”, relató.

Una vez en Chile, se quedó en un apartamento sin poder conocer personas chilenas como tanto lo deseaba, debido a la cuarentena, pero reconoció que, a nivel académico, los docentes fueron un apoyo fundamental para sobrellevar la situación, “es verdad que los profesores entienden muy bien la situación y me ayudan como pueden, se preocupan mucho si los estudiantes entienden todo, por esto, recomendaría a mis amigos estudiar a UdeC”, dijo.

A pesar de no haber podido cumplir sus expectativas, el joven contó, con lo poco que pudo conocer, que logró hacerse una imagen del pueblo chileno, “puedo decir que la gente es muy cariñosa y agradable”.

“Al principio me quería quedar en Chile durante todo el semestre y viajar a mi país cuando la situación mejorara, pero con Michele, un amigo italiano (también estudiante internacional en la UdeC), con quien estuve en el apartamento, vimos que la situación estaba peor cada día, así que decidimos regresar en Europa”, contó.

El retorno a Francia debido a la pandemia

Fue así como después de algunas incertidumbres y gracias a la ayuda de la Embajada de Francia se pudo conseguir un vuelo de repatriación directo  el pasado 16 de junio.

“La Embajada francesa estuvo muy presente con noticias precisas sobre la situación en Chile y de la creación de nuevos vuelos y la DRI nos brindó un apoyo psicológico y su disposición para ayudarnos en lo que necesitáramos”, afirmó.

Una vez instalado en su país natal, el joven confesó que fue difícil acostumbrarse al cambio de horario y a las clases online, “al comienzo fue complejo pero ahora está bien. Es un poco extraño tener clases hasta la 11 de la noche, pero voy a seguir las clases grabadas en la mañana en Francia”, contó.

El joven contó que en el país la situación es mucho más estable que en Chile y que ya se está volviendo de a poco a la normalidad, por lo que su mayor problema tiene que ver con las clases online, pues le  hacen perder la motivación de trabajar.

Es por esto, que Virgile ha tenido que recurrir a actividades recreativas, “estoy descubriendo la lectura de poesía o filosofía, cuestión que no pensaba que me gustaría.

Además, el joven confesó que le gustaría incursionar en la música, “me gustaría aprender a tocar la música en paralelo a mis estudios. La cuarentena me dio la fuerza de empezar a hacer lo que quería hacer desde muchos años sin dar el primer paso”, aseguró.